El 13 de Octubre de cada año se celebra el Día Mundial de la Trombosis fecha conmemorativa en alusión al natalicio del médico alemán Rudolph Virchow quién desarrolló gran parte de su carrera abocado al estudio de la enfermedad tromboembólica basado en las observaciones clínicas y estudios anatomopatógicos realizados entre los años 1846 y 1856 dando lugar a la formulación de la teoría sobre la trombosis y el embolismo siendo el epónimo “triada de Virchow” uno de los más utilizados en la literatura médica y que tiene vigencia hasta la actualidad.
La celebración de esta efeméride que fue instituída por la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia tiene como lema este año “Abre los ojos a la trombosis” haciendo hincapié de que esta patología es la causa número uno de muertes prevenibles en los pacientes hospitalizados y que uno de cada cuatro personas a nivel mundial fallece de causas relacionadas a trombosis en sus diferentes formas.
Esta año cobra interés especial el tema dado que nunca como antes se ha hablado tanto en la comunidad médica como en el público en general sobre el significado de la enfermedad tromboembólica y las consecuencias que puede traer el retraso en el diagnóstico y tratamiento de las mismas y todo ello debido a la pandemia a nivel mundial que estamos atravesando por la infección del SARS-CoV-2 que provoca un estado de inmunotrombosis y desarrollo en especial de embolismo pulmonar sobretodo en los pacientes hospitalizados en unidades críticas.
Lamentablemente al inicio de la pandemia y durante los primeros meses la información recogida fue tergiversada y malutilizada por profesionales de la salud y no profesionales que promovieron el uso indiscriminado de anticoagulantes provocando efectos adversos en muchos pacientes sin embargo con el transcurso de los meses la población ha ido tomando conciencia de lo inadecuado de la automedicación y el peligro que puede ocasionar tomar estos medicamentos sin la evaluación por un especialista y en este caso el llamado a evaluar al paciente es el médico hematólogo.
Hay que tener presente que la enfermedad tromboembólica no distingue edad, sexo ni raza y que lo más importante es detectar a tiempo los factores de riesgo que pueden ocasionarla para evitar su desarrollo, medidas tan simples como la profilaxis antitrombótica en los pacientes hospitalizados con riesgo o uso de medias antiembólicas, ejercicios y profilaxis medicamentosa en personas que desarrollan ciertos tipos de actividades pueden prevenir y salvar la vida de las mismas. Por ello la importancia de tener en consideración el lema de este año que es “Abre los ojos a la trombosis”.
Por último enfatizar el hecho de que tanto el diagnóstico como el tratamiento de la enfermedad tromboembólica debe ser realizada por un especialista sin que esto implique que muchas veces el manejo del paciente es multidisciplinario. Esto hace vital en la formación de los médicos especialistas que se dé mayor importancia a los tópicos relacionados a hemostasia y trombosis tanto en la parte académica como en la práctica hospitalaria de tal manera que podamos contar en un futuro con médicos dedicados a este campo.
Autor: Dr Fernando Cauvi Roedel
Comité de trombosis y anticoagulación
Sociedad Peruana de Hematología
CMP 24535 RNE 20773